NOTA DE NAVEGACIÓN

NOTA DE NAVEGACIÓN

TRADUCTOR

EnglishFrenchGermanSpainItalianDutchRussianPortugueseJapaneseKoreanArabicChinese Simplified

30 de octubre de 2016

ENTR. 63 > ANOTACIONES DE UN CAMINANTE_12: El Halloween que yo quiero.






Hola, amigos:

Ya flota en el ambiente de nuestros pueblos y ciudades la próxima y exportada fiesta del Halloween, en la que “todo el mundo menudo, incluidas a veces las mascotas, se disfrazan con adornos, que nos transportan a un mundo imaginario de muertos y semimuertos vivientes o “murientes”. A mí no me disgustan estas fiestas, siempre que vayan acompañadas de una pertinente explicación cultural, que haga ver a los “fiestantes” lo que se está celebrando. Porque todos sabemos, desde nuestra cultura occidental cristiana - y para los que somos cristianos desde nuestra fe en Jesucristo, muerto y resucitado -, que los muertos no permanecen para siempre en la muerte, sino que pasan a una vida de dimensión espiritual, acogidos por la misericordia de Dios, que es Padre de todos, porque su Hijo Jesús con su muerte y resurrección nos dio nueva y definitiva vida, y todos vamos a resucitar con Él. No nos olvidemos de que antes de la memoria de los difuntos, celebramos la fiesta de Todos los Santos, su victoria definitiva de la muerte y su entrada en la Vida Plena. Todos son felices o santos en la presencia de Dios para siempre. ¡Y con ellos nos reuniremos todos nosotros después de la muerte! De hecho la palabra Halloween es la contracción de All Hallows' Eve, que significa “Víspera de Todos los Santos”.
Vistámonos, si queremos, con esos graciosos-tétricos trajes tremebundos, pero no olvidemos que hemos vencido a la muerte.
El siguiente poema quiere incidir en todo esto.


EL HALLOWEEN QUE YO QUIERO

Empieza a oscurecer
y en el alero

del tejado los pájaros aguardan
en espera de pasar sigilosos
al cubículo donde pasar la noche.
Yo empiezo a vislumbrar,
como amenaza cierta,
la oscuridad que acecha en mi ventana,
y empiezo a cavilar
qué pasará si no regresa el día:
¿perenne oscuridad?;
¿desgarro cierto de todo lo que ha sido
y deambular sonámbulo
en la noche esencial
donde aparcan los muertos?;
¿Seré sólo recuerdo
junto a tantos y tantos
que hasta ahora han fenecido?, 
¿Recuerdo en las conciencias,
o tétricas figuras 
que, entre lloros y risas,
divierten a los niños,
que el uno de noviembre
“haloguinean” insípidos
con múltiples disfraces, 
tétricos, tremebundos?

No me resigno, no.
Y buscaré otro modo
de celebrar la fiesta
de todos los que fueron
y no están con nosotros,
pero que gozan, cierto,
de otra vida en el cielo.
No quiero “haloguines” sin sentido,
que celebran la muerte.
Quiero
vestirme con el traje del amor y la fiesta,
y celebrar el triunfo de los santos, que fueron
ejemplo de cordura, con valentía, sin miedo.
Quiero que todos como hermanos brindemos
por un mundo sin sangre,
ni torturas, ni muerte, ni destierros.
Quiero
recordar esta noche a tantos que se fueron
y en la otra orilla gozan
infinito,
esperando que, luego,
con ellos nos juntemos
de Dios en el regazo,
de todos Padre bueno.




Pintura  representando el triunfo de los todos los santos