Panorámica de la campiña de "Domingo Pérez de Granada", mi pueblo, donde presencié y viví tantas escenas campestres. |
ESCENAS DE LA CAMPIÑA
Estos poemas, sonetos todos ellos, han ido saliendo de mi pluma a lo largo de algunos años, y cuyo común denominador es la descripción de paisajes y escenas de la campiña, que he tenido la suerte de presenciar y vivir muchas veces desde mi infancia.
Sol, riachuelos, olivos, encinas, chopos, trigales, páramos, barbechos, perdices, liebres, conejos, águilas, cazadores con sus perros, hojas de otoño, inolvidables anocheceres, etc., se conjugan aquí con la observación, la inspiración poética y un amor nunca venido a menos por la naturaleza y por los paisajes de mi tierra, Domingo Pérez de Granada, en la comarca de “Los Montes Orientales”, Granada (España).
Sol, riachuelos, olivos, encinas, chopos, trigales, páramos, barbechos, perdices, liebres, conejos, águilas, cazadores con sus perros, hojas de otoño, inolvidables anocheceres, etc., se conjugan aquí con la observación, la inspiración poética y un amor nunca venido a menos por la naturaleza y por los paisajes de mi tierra, Domingo Pérez de Granada, en la comarca de “Los Montes Orientales”, Granada (España).
objetivomurcia.laverdad.es
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Recio y austero árbol milenario,
que sabes de avatares y fatigas,
que tantos sueños en tu ser abrigas
del labrador humilde y solidario.
Lleva tu fruto, como un relicario,
el dulce óleo con el que mitigas
el dolor, las arrugas, las ortigas
de la vida, cual bálsamo y sudario.
Hoy llega a ti, en sobresaltado vuelo,
la paloma de la paz casi perdida,
buscando entre tus ramas el consuelo.
Déjala que descanse en tu regazo
y al iniciar de nuevo la partida
la paz nos traiga en dilatado abrazo.
2.- AL SOL RADIANTE.
Radiante sol, ombligo luminoso
del vientre azul y cósmico del día;
Silvano celestial, que sinfonía
de colores derramas generoso.
Cómo quema mi pecho tu ardoroso
y agudo beso. Con tu luz bravía
rompes el hielo donde ya dormía
encerrada mi alma en su reposo.
Hoy me has hecho nacer para la vida;
al sensual festín me has convocado,
alazano corcel enamorado.
Llévame por los montes y riberas.
No te heriré de espuelas ni de brida,
y gozaré del cielo sin esperas.
3.- HOJAS DE OTOÑO.
Un enjambre de hojas otoñales,
como efímeros pájaros al viento, inunda la ciudad, y, en un momento,
lívidas muertes siembran a raudales.
Muestra el olmo sus ramas - espectrales
brazos secos - desnudas, y un memento
llora el viento en la altura: sacramento
de cósmicos amores siderales.
La tarde avanza en agitado vuelo;
el sol se oculta tras etéreas nubes;
y una lluvia finísima en el suelo
lava la cara de las hojas muertas.
El otoño se va; ya está a las puertas
el largo invierno con sus fríos querubes.
[floracampodemontiel.blogspot.com] |
4.- EL CHOPO SOLITARIO.
El chopo está plantado en la ribera,
mirándose en el agua cristalina,
que dibuja su sombra vespertina
y en trémulos destellos reverbera.
El viento entre sus ramas vocifera
con verde e inacabada tremolina,
y se viste de oro la colina
con besos de arrebol de primavera.
Mientras el cielo arrebolado arde,
el chopo solitario va agitando
sus hojas como alas en la tarde.
Quisiera, como pájaro, del suelo
levar sus pies y, en dilatado vuelo,
perderse entre las nubes navegando.
Anochecer en Granada. |
5.- ANOCHECER DE VERANO.
Llega lento el ocaso y a lo lejos,
ondulado perfil de sombra y fuego,
se eleva el horizonte para, luego,
morir de oscuridad entre reflejos.
Se encienden las farolas, los vencejos
cesan su negra ronda y el labriego
vuelve a su hogar en busca de sosiego
cuando llega la noche sin recejos.
Luciérnagas celestes, las estrellas
comienzan su periplo por el cielo,
y la creciente luna va con ellas.
Yo las contemplo, casi a ras de suelo,
besado por la brisa fresca y calma,
inundado de noche y quieta el alma.
La vieja encina (Quercus illex, en latín), señora del Páramo |
6.- ESCENAS DEL CAMPO.
La espesa sombra de una vieja encina
al labriego cobija a mediodía.Una chicharra suena: melodía
metálica, monótona, cansina.
Un águila en la altura se encamina,
en circular discreta cacería,
hacia el fondo del valle: la agonía
de aves y roedores se adivina.
Junto al tronco del verde quercus illex
un humilde botijo envejecido
guarda el agua preciosa, que mitiga
la sed del labrador casi dormido.
Lentas las horas caen como una viga,
dura como una lámina de sílex.
[vincen,con.files.wordpress] |
7.- ESCENAS DE CAZA.
Entre terrones yace agazapada
la rauda liebre; el lento mediodía
va dorando la tierra; melodía
de pájaros apenas esbozada.
Una jauría de galgos desbocada
rompe entre liebre y suelo la armonía,
y una veloz carrera, de agonía,
pone a salvo a la presa en la cañada.
El cazador se acerca contrariado
y mira del cubil claras las huellas,
mientras los perros van como centellas
tras el rastro fugaz difuminado.
Un águila se cierne en alto vuelo
haciendo remolinos en el cielo.
[cazandoensierradeloro.blogspot.com] |
8.- AL CONEJO DE CAMPO
Prolífico roedor, que por los sotos
de Iberia milenaria proliferas
sembrando nuestros montes y riberas
de múltiples veredas y alborotos.
Tus carreras semejan terremotos
cuando vital y juguetón te alteras,
y sales de tu red de madrigueras
para explorar los páramos ignotos.
Aunque gazapo no naces errado,
y panorámico oteas el horizonte
en busca de un peligro inesperado.
Astuto, el cazador con su jauría
en tu busca recorre el bajo monte
desde que nace hasta que muere el día.
[elpreganal.com] |
9.- LA PERDIZ ROJA.
[Reina de Los Montes Orientales]
Roja y veloz, cual bólido emplumado,
alza su vuelo la perdiz altiva,
y la tarde, que inicia su deriva,
se llena de aleteo desparramado.
Esta reina del agro emparamado
vive entre matorrales como diva,
y suave se desplaza receptiva
a un cuchichí apenas esbozado.
Rodeada, entre hierba, de polluelos,
en tranquilo y pausado picoteo,
la "patirroja" vaga por la loma;
mientras el macho bravucón se asoma
con la cerviz erguida en contoneo,
imagen viva de extinguidos celos.