Valle del Darro ("Río de oro"), por donde discurre, sinuoso, su cauce. |
1.- RÍO DARRO.
Río Darro, silente y temeroso,
que en las noches te acercas a Granada
para besar su alma enamorada
entre puentes de piedra sinuoso.
Mira la Alhambra atónica, y celoso
el Albaicín se inquieta por su amada,
mientras la luna llena y plateada
cruza la altura en sideral acoso.
Yo te contemplo, desde la Abadía,
el alma en carne viva y en un vilo,
pues tengo el sueño de diluirme un día,
río, por tus venas, y en mortal sigilo
de Granada perderme en las entrañas
con el suave caudal con que la bañas.
2.- RÍO GENIL.
Río Genil, fluido alazán altivo,
que, desbocado, naces en la altura
de la Sierra Nevada, y con premura
llegas hasta Granada combativo.
Hoy te contemplo, río, pensativo
por la ciudad paseando tu hermosura
entre cemento y hierros de amargura,
que te amordazan sin ningún motivo.
Quiera que pronto los enormes senos
de las cumbres nevadas te den bríos
para romper tan tétricas cadenas,
y perderte en la Vega, en desafíos,
oxigenándote a pulmones llenos
hasta besar de Loja las almenas.
Río Genil, fluido alazán altivo,
que, desbocado, naces en la altura
de la Sierra Nevada, y con premura
llegas hasta Granada combativo.
Hoy te contemplo, río, pensativo
por la ciudad paseando tu hermosura
entre cemento y hierros de amargura,
que te amordazan sin ningún motivo.
Quiera que pronto los enormes senos
de las cumbres nevadas te den bríos
para romper tan tétricas cadenas,
y perderte en la Vega, en desafíos,
oxigenándote a pulmones llenos
hasta besar de Loja las almenas.