LUNA DE SANGRE
[El
eclipse de luna visto por el poeta]
Por
el negro mar del cielo
se
ve a la luna pasar,
luciendo
su esbelto talle
cual
novia que va al altar.
Los
rayos del sol la besan,
y
su cara de cristal
se
ilumina como un faro
en
la noche sideral.
Mas
esta noche la tierra,
que
está celosa a rabiar,
se
cruza entre los amantes,
y
con su sombra espectral
va
oscureciendo la cara
de
la luna, que, a la par,
se
tiñe toda de sangre,
cual
amapola real.
Roja está la luna, roja
cual amapola real.
Pero
pronto se repone
y
vuelve a ser de cristal,
que
la tierra ya ha pasado
y
el sol la vuelve a besar.
Roja está la luna, roja
cual amapola real.
Marte,
ese planeta rojo,
la
acompaña al deambular,
como
silente testigo
en
este cielo estival.
Yo
los miro y los remiro,
sin
saber lo que pensar:
si
la luna quiere a Marte,
o
es sólo el sol su galán.
Roja está la luna, roja
cual amapola real.
[05.08.18]
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