SONÁMBULO
cual tantas veces, caminando a solas.
Oigo a lo lejos de la mar las olas,
y espesa niebla llevo de asidero.
sembrando mi camino de amapolas,
confiando mi sueño a las chabolas,
y cubierto de harapos, pordiosero,
Tan cierto estoy de ti, Señor, que digo
que el deambular errante no me aterra
y, aunque quisiera verte en esta tierra,
me basta con la luz con que me bañas.